Los tres pilares para la educación de 0 a 3 años

Son muchas las dudas que nos abordan cuando pensamos en escolarizar a nuestros niños y niñas cuando tienen entre 0 y 3 años. ¿Estarán mejor en casa? ¿Qué educación escoger? ¿Serán profesionales respetuosos? ¿Mi hijo, hija lo pasará mal y sufrirá? ¿Es necesario gastarse el dinero en una escuela privada cuando son tan pequeños y pequeñas?… 

Desde nuestra formación pedagógica entendemos que la sociedad ha cambiado y que cuando nuestras abuelas criaban a sus hijos lo hacían porque formaban parte de la comunidad. Los padres, principalmente la madre, no eran los únicos que se ocupaba del menor, sino que alrededor de ese infante había abuelos y abuelas, tíos y tías, vecinos y vecinas y más niños y niñas que se encargaban del de menor edad. Todos ellos formaban parte de su educación casi de forma igualitaria.

En la actualidad, las estructuras familiares han cambiado y la sociedad se ha vuelto más individualista; esto todavía se ha agravado más con la crisis sanitaria que hemos sufrido en este último año. De este modo, no ponemos en duda que un niño o niña pueda estar bien y desarrollarse sanamente si se queda en casa, pero hay muchas vivencias que se perderá, las cuales son muy importantes para su desarrollo.

Durante los primeros años se forma la psique de la persona adulta

Numerosos estudios demuestran que durante la etapa de los 0-3 años se forma la psique de ese ser que en el futuro será una persona adulta. Por supuesto, por el camino ocurrirán diversas vivencias que conformarán a esa persona, pero todo ello tendrá sus cimientos durante la primera etapa de la vida.

Cada persona tiene diversas experiencias a lo largo de su vida que hacen que cuando te conviertes en madre o padre tus pretensiones sobre su educación sean unas u otras.

Cuando un niño o una niña se quedan en casa todas esas pretensiones que sus padres tienen sobre él o ella se convierten en una mochila que se carga sobre la espalda del menor sin ser conscientes de ello.

niño pintando acuarela

Nuestro objetivo es que niños y niñas comiencen su desarrollo desde la individualidad

Como maestras, nuestro único objetivo es que cada niño y niña que entra en nuestra Escuela Libre Allegra comience su camino desde la individualidad hacia esa exploración y desarrollo del YO, respetando en todo momento su ritmo.

Para que este desarrollo pueda darse saludablemente, a partir de nuestra formación y basándonos en el estudio del hombre de Rudolf Steiner, son tres los pilares en los que nos centramos para la educación de esta edad temprana

  • En la escuela creamos un espacio de seguridad y confianza en el que el niño y la niña pueden desarrollar su autonomía física y emocional desde la calma. No hay prisa por adelantar procesos, sino que el respeto del ritmo de cada uno hace que puedan tener aprendizajes significativos y vivencias emocionales que le permitan autoconocerse y aprender, a partir del sostén del adulto, a gestionar esas emociones que experimenta. Una infancia sin prisa significa una infancia sana; en la sociedad en la que nos ha tocado vivir es bastante complejo poder dedicar todo el tiempo que requiere el menor, por ello en la escuela creamos un ambiente independiente que da soporte a esas necesidades de la infancia. 
  • El niño y la niña conocen el mundo a través de los sentidos. Todas las vivencias que experimentan parten del cuerpo, de modo que es primordial dejarles explorar con él. Es a partir de los sentidos desde donde se crean las bases para relacionarnos con nosotros mismos y con los demás. En nuestra Escuela Libre Allegra todo el equipo docente está muy concienciado con la importancia de la integración sensorial, de forma que cada vez pasamos más tiempo en el exterior. El contacto con la naturaleza es lo que va hacer que la integración sensorial se despierte y se potencie; el olor de la lluvia, de las flores, el tocar la tierra mojada, los colores del otoño, caminar sobre la hierba… Todas ellas son experiencias sensoriales que conectan al niño consigo mismo. 
  • Debemos entender que la infancia es movimiento; niños y niñas necesitan subir, bajar, saltar, trepar, gatear, correr, etc. No existe un desarrollo motor sin un trabajo físico; en estas edades el cerebro todavía no está maduro para el desarrollo cognitivo, eso vendrá una vez que se ha desarrollado el movimiento libre, el cual potenciará las conexiones neuronales necesarias para que le cerebro trabaje de forma natural. No hay infancia sin movimiento, por eso no comprendemos como cada vez se les pide a los niños y niñas que pasen horas y horas sentados prestando atención o pegados a una pantalla. 

Allegra busca ser una prolongación del hogar; funcionamos como una gran familia en la que cada uno puede ejercer su rol individualmente desde el respeto, la confianza y la seguridad que el grupo le aporta.

Trabajamos con edades mezcladas respetando el ritmo de cada persona y aprendiendo de los demás; es así como cada uno va forjando su personalidad y comprende el mundo que le rodea.

Add your thoughts

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *