Beneficios de las aulas jardín para frenar la COVID-19 y favorecer el sistema inmunológico

En nuestro modelo pedagógico es fundamental que los niños y niñas pasen tiempo al aire libre, pues son muy numerosos los beneficios en su desarrollo a nivel cognitivo e inmunológico. Por eso siempre hemos pasado parte de las horas escolares en el jardín de la escuela. Pero ahora, con la situación de pandemia provocada por la COVID-19, hemos terminado por trasladar prácticamente toda la actividad al exterior, pues es de todos conocidos que la propagación del virus es menor en espacios abiertos.

Qué actividades se pueden realizar en un aula jardín de 0 a 3 años

El tipo de actividades que realizamos con los niños y niñas al trasladar el aula al jardín son rastrillar y recoger las hojas secas para hacer compost (que después tendremos que pisar y aplastar), escuchar atentamente los pájaros, mirar los diferentes insectos, experimentar con el barro, ya sea saltando en los charcos, ya sea haciendo bolitas, observar con sorpresa la forma de las nubes y cómo se mueven empujadas por el viento, desayunar y almorzar, dar de comer a nuestro conejo y limpiar su casita, pintar con acuarela, modelar con cera y, por supuesto, ¡juego libre! (Por cierto, en este post te dejamos también ideas para favorecer el juego libre en casa).

Además de las bondades para la salud, trasladar el aula al jardín nos permite vivir los procesos desde la parte emocional y no desde la intelectual. De esta manera es como se crea el aprendizaje en niños y niñas de estas edades, con ese pequeño contacto con la naturaleza y viendo cómo evoluciona en el día a día.

Esta iniciativa no es fruto de la casualidad. El modelo pedagógico de nuestra Escuela Allegra, Waldorf, cuenta con una larga tradición de estudio y juego al aire libre, especialmente entre los más pequeños. En países como Suiza, Austria, Luxemburgo, República Checa, Lituania o Inglaterra, las escuelas bosque son muy habituales: permiten a los niños aprender mientras están en relación directa con la naturaleza y les proporcionan numerosos beneficios a nivel físico y emocional.

Por eso, aunque no somos una escuela bosque, sí tenemos muy presente el realizar el mayor número de actividades en el jardín, sea la estación que sea. Basta con que vayamos bien protegidos, abrigados en invierno o con crema solar y gorros en verano, para disfrutar del aire limpio y fresco del jardín.

Los beneficios del juego al aire libre en cualquier estación del año

Existen numerosos expertos y estudios a favor del juego al aire libre. Por citar alguno, el de Peter Schober, de la Universidad de Medicina de Graz, que afirma que los niños sedentarios enferman cinco veces más de depresión que los que se mantienen activos. Además, destaca que el juego y otras prácticas fuera de casa inciden positivamente en una mejor salud en estas edades: los niños que hacen más ejercicio tienen menos posibilidades de desarrollar enfermedades.

Si miramos recomendaciones de la Asociación Española de Pediatría (AEP), encontraremos cuatro las claves para mantener a los pequeños sanos: alimentación, aire limpio, descanso nocturno y el ejercicio, que previene la obesidad, fortalece el sistema inmunológico y disminuye el estrés y la ansiedad.

En edades como las que tienen los niños y niñas que vienen a Allegra, de 0 a 3 añitos, este ejercicio en el exterior se propicia a través del juego libre. Por eso, la AEP recomienda para niños pequeños al menos una hora al día de actividad física moderada o intensa, bien en forma de juegos en el parque o bien en forma de deporte, y su es al aire libre, mucho mejor.

En el libro “There’s no such bad things as bad weather”, la escritora sueca Linda Åkeson McGurt recopila diferentes estudios en los que se ponen de manifiesto otros beneficios de permanecer al aire libre, como el desarrollo de mayor creatividad, al jugar con materiales variados, naturales y no estructurados, y autonomía, porque el juego en el exterior favorece la iniciativa.

También queremos recoger los datos del estudio que realizó en 2019 el Instituto Tecnológico del Juguete (AIJU), en el que constataba que el 82% de los niños de 0 a 12 años en España juega al aire libre menos del tiempo recomendado por los expertos, que es de 2 horas diarias para niños de 0 a 3 años. Si repitieran este estudio ahora, con el escenario provocado por la COVID-19, seguro que los datos serían aún más alarmantes.

Cerramos este post recordando una de las frases de Rudolf Steiner que pensamos que con las aulas al aire libre cobra aún más sentido, por la parte experiencial que le proporciona: “Cuando un niño se motiva por lo que está aprendiendo, sus fuerzas vitales se incrementan, su memoria se activa y lo aprendido se vuelve verdadero conocimiento.”

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